Reseña José M. García Linares

Publicada en Ideal, en el suplemento Culturas, el 21 y el 28 de diciembre de 2019.

En el poema “Yo no temo al amor”, el yo poético asegura que “No temo a la vejez, / sino a que se escape el tiempo”. Se trata de un tiempo entendido como experiencia de vida, no como devenir inevitable. El miedo de la voz poética no es al paso de los años, sino a la imposibilidad de conservar lo que alguna vez fue vivido. Sólo desde la rememoración es posible enfrentarse al vacío de la muerte: “No quiero empezar a olvidar / ya sin tregua”. Genética del llanto ejemplifica a la perfección cómo a través de la evocación de los espacios de la memoria, de la reelaboración de la experiencia y de la escritura del recuerdo se puede construir la propia vida. Recordar es dinamizar la existencia y su dimensión temporal, esto es, de revivir. Por eso “El origen”, el primer poema de la primera parte, ilumina y conduce la lectura de todo el libro a través de las geografías del amor perdido, de la nostalgia o de la angustia. Especial atención requieren los textos que profundizan en el sentimiento de la soledad, recordando que, como decía María Zambrano, escribir es defender la soledad en la que se está: “Yo soy su morada. / La soledad me habita / y yo la requiero”.

GENÉTICA DEL LLANTO, de Covadonga García Fierro

Ediciones La Palma, 2019

Reseña de José María García Linares. Publicada en Ideal, en el suplemento Culturas, el 21 y el 28 de diciembre de 2019.

Publicada en Ideal, en el suplemento Culturas, el 21 de diciembre de 2019.

Publicada en Ideal, en el suplemento Culturas, el 28 de diciembre de 2019.