¿Quién cuidará de mis guardianes? (Ediciones Idea, 2013), de Alba Sabina Pérez

Covadonga García Fierro

El primer libro de relatos de Alba Sabina presenta con maestría una serie de vivencias, con fuerte contenido autobiográfico, y a un puñado de personajes que se enfrentan, aparentemente, a la cotidianidad. Pero solo aparentemente, puesto que, tal vez, el objetivo último del libro sea hacernos reflexionar sobre qué es cotidiano, y qué no lo es. La autora avanza por situaciones en las que la amistad, los viajes dentro de España y a otros países, la vida académica, las relaciones personales y el ocio son los temas superficiales de los relatos; y donde lo que realmente se produce es un choque de emociones y deseos vitales: la nostalgia de lo que no se ha vivido contrasta con la melancolía de dejar atrás ciertos años de juventud e inocencia, y con el deseo de seguir creciendo, mientras se presentan decepciones e ilusiones nuevas. “La vida es una simple distracción”, sentencia la autora, y avanza en su vaivén, entretanto, como el tren del primer cuento, “con sus sobresaltos y sus quietudes”, o como una película. De manera que este libro será también una distracción, un entretenimiento tejido desde lo cotidiano y al mismo tiempo desde la naturaleza misma de la vida, más profunda y complicada de lo que parece, si nos detenemos a observar, como ha hecho la autora: “observar cómo el tiempo consumía los cigarros de los viejos, los helados de los niños y la paciencia de las madres”.

Pero, además del contenido, destaca la forma de decir de Alba Sabina, que emplea con destreza dos recursos narrativos: una fina ironía recubre casi todos los relatos, porque “a veces el sentido de la ironía puede más que el común”, y al mismo tiempo, sabe contrarrestarla con lirismo y sentencias más hondas cuando es preciso: “ser feliz no es como ir en bici, sino como preparar una receta que tu abuela te explicó hace mucho y tú decidiste no escribir”. Por otro lado, la escritora tiene la capacidad de dejar in medias res determinados acontecimientos o contenidos de los cuentos, prosiguiendo la narración con otros asuntos de manera casi imperceptible, para volver a lo que había dejado sin desvelar, culminando así sus historias. Es lo que ocurre en El reloj de mi padre y en Inventario de mi Pretty Baby, relatos construidos de modo sobresaliente desde el punto de vista narrativo, y que a título personal, considero los mejores de todo el libro, si bien es cierto que todos los relatos guardan cierto equilibrio de calidad, y no sobra ninguno.

Sin duda, una influencia fundamental en la obra, tanto por las alusiones como por las técnicas narrativas que utiliza la autora, es el cine, expresión artística que también parece “cotidiana” en la época que vivimos, y que sin embargo, Alba Sabina vive de forma intensa, ya desde que descubriera las películas de Fellini y el significado de las palabras a los tres años. Como apunta Sergio Barreto con acierto en el prólogo, las abundantes referencias cinematográficas, literarias y musicales no son empleadas en esta obra para aparentar erudición. Son fruto de haber vivido rodeada de imágenes, libros y melodías que han hecho mella en su personalidad, y en su manera de contemplar el mundo para contarlo. Contar el mundo como lo hacen el cine, la música y la literatura, con sensibilidad en la mirada y emoción en las manos.

Reseña de ¿Quién cuidará de mis guardianes? (libro de relatos), de Alba Sabina Pérez, Suplemento Cultural El Perseguidor, Diario de Avisos (29 dic. 2013).

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